Acabo de pagar un crédito por $8000,00 que solicité hace un par de años a uno de los bancos más grandes de este país. Para ellos yo soy un cliente de ALTO VALOR, según me lo han dicho hasta en certificados. En fin, me otorgaron el crédito al 12% anual. Al momento de efectuar el desembolso me informaron que había un 6% de comisión de desembolso (es decir, me retuvieron casi $500 por meter la mano a su bolsillo y entregarme el dinero). Un cálculo rápido considerando el monto efectivo otorgado a 24 cuotas mensuales de $380,00 da como resultado un interés del 20% pagado por ese crédito. Bastante alto, por supuesto pero ¿qué podía hacer? Yo necesitaba el dinero, y solo me informaron de estas comisiones luego de firmar.
Las sorpresas no pararon ahí. Observemos lo siguiente: Para otorgarme el crédito, presenté un garante muy respetable, profesional, dueño de casas, vehículos y socio activo de dos empresas. Sin embargo, eso no fue suficiente, me informaron además debían contratar un seguro de desgravamen, es decir un seguro para cubrir la deuda en caso de que yo falleciese. Peor aún: el banco era el que se protegía en caso de mi muerte, pero quien debía pagar ese seguro era yo (plop!)
Es decir, el banco ganaba siempre, sin importar que yo estuviese vivo o muerto!
Amigos, eso es lo que hemos venido cuestionando en este país. La pasividad de la Superintendencia de Bancos, la inoperancia de los organismos de control no cambiará mientras no hay una posición firme de todos para terminar este poder económico hegemónico que no nos permite salir del subdesarrollo.
Las sorpresas no pararon ahí. Observemos lo siguiente: Para otorgarme el crédito, presenté un garante muy respetable, profesional, dueño de casas, vehículos y socio activo de dos empresas. Sin embargo, eso no fue suficiente, me informaron además debían contratar un seguro de desgravamen, es decir un seguro para cubrir la deuda en caso de que yo falleciese. Peor aún: el banco era el que se protegía en caso de mi muerte, pero quien debía pagar ese seguro era yo (plop!)
Es decir, el banco ganaba siempre, sin importar que yo estuviese vivo o muerto!
Amigos, eso es lo que hemos venido cuestionando en este país. La pasividad de la Superintendencia de Bancos, la inoperancia de los organismos de control no cambiará mientras no hay una posición firme de todos para terminar este poder económico hegemónico que no nos permite salir del subdesarrollo.
